Miedo a volar
El miedo a volar es uno de los tipos de fobia moderna más común. Algunas estadísticas sugieren que una de cada seis personas tiene miedo a volar.
Dado que a priori la fobia a volar no es un miedo incapacitante, debido a que se circunscribe a una situación muy específica: viajar en avión, es un trastorno que puede perfectamente no tratarse nunca y por tanto permanecer toda la vida. Es cierto que no volar nunca por miedo es posible, pero no se si alguna vez has pensado ¿cómo podría ser mi vida sin el miedo a volar?.
Por otra parte, en determinadas circunstancias puede convertirse en un verdadero problema. Ya sea por motivos profesionales, porque para hacer nuestro trabajo necesitamos viajar en avión, o bien porque nos gustaría visitar un lugar lejano solo accesible en este medio de transporte. En este segundo caso normalmente el problema implica a terceras personas, por ejemplo la pareja que no puede planear un viaje soñado por el miedo a volar de su compañero/a.
También tenemos el caso de personas con fobia a volar y que sí vuelan, pero con ayuda de la medicación o del alcohol. Y a parte del problema que esto mismo puede suponer, el hecho es que una vez que estos llegan a destino su mente no llega a liberarse del todo; permanece un sordo sufrimiento mental preocupados por el vuelo de vuelta.
No sirve racionalizar
Si tienes miedo a volar te habrán dicho mil veces que es más fácil morir partido por un rayo, en un accidente del tráfico, etc., que viajando en avión. Seguro que te han dado todo tipo de estadísticas. ¿Ya y....? Sueles responder. El hecho es que te da miedo estar a mil kilómetros del suelo encerrado en un artefacto que se mueve, sobre todo con las dichosas turbulencias, y que no te da ninguna seguridad. Y sobre todo sabes que en caso de accidente las probabilidades de sobrevivir son prácticamente nulas; a ver cómo te rebaten eso.
Efectivamente volar es peligroso, no hay ninguna garantía que te diga que es seguro al 100 %, igual que tampoco la hay sobre que no te vaya a dar un infarto en cualquier momento. La vida es así, incierta y peligrosa, no hay garantías, no hay seguridad 100 %, no hay donde esconderse, y pensar que controlamos todo es solo una ilusión. ¿Y entonces?. Lo primero es aceptar que esto es así, que vivir es riesgo, de otro modo sería muy aburrido, y que en esta vida solo estás fuera de peligro cuando estás muerto. En segundo lugar, no se puede VIVIR en mayúsculas, con miedo. En tercer lugar, sólo mirando mirando el miedo a la cara se puede superar: el miedo mirado a la cara se transforma en valor, el miedo evitado se convierte en pánico.
No te voy a consolar, tienes razón, en un avión puedes morir, sí al igual que un tren, en un coche, o de peatón atropellado al cruzar la calle. Pero te diré que vivir una vida plena implica aceptar los riesgos. La otra opción es vivir con limitaciones, vivir a medias. Sí esta opción fuera segura y evitará cualquier riesgo sin duda te la recomendaría. Sin embargo, te aseguro que sólo el hecho de vivir implica el riesgo de morir, incluso sin salir de casa.
Soluciones que aparentemente funcionan y que te van a limitar cada vez más.
¿Cómo se conforma el miedo a volar?. Pues casi siempre comienza con un pensamiento. A veces puede ser debido a una mala experiencia propia, o incluso una mala experiencia de otros. Una noticia de un accidente o simplemente que la primera vez que volamos lo pasamos realmente mal. En cualquiera de los casos lo que realmente conforma la fobia no es el desencadenante sino las soluciones que intentamos después.
Normalmente cuando sentimos miedo a volar lo que hacemos es tan simple como evitar volar. Y hacemos esto porque realmente funciona. Si no vuelo no paso miedo. Simple y efectivo. El problema es que cada vez que tengo la oportunidad de volar y la evito me doy un doble mensaje. En primer mensaje es que me siento mejor porque no tengo que volar y pasar miedo, el segundo es que me estoy diciendo que no soy capaz. De este modo me voy creando mi propia trampa y me autoengaño con la excusa de que no necesito volar, que mi vida va seguir igual si no lo hago, aunque en realidad no es así.
Además una de las cosas que tiene volar que pone de los nervios a muchas personas es la sensación de falta de control. De un coche puedo bajarme, de un avión volando no. Así que estas personas cuando vuelan intentan controlar el avión, las alas, los motores, cómo se mueve el avión etc.. El problema es que más intento controlar, más pierdo el control. Y en ese intento de control, claro el que busca encuentra, y por ejemplo el movimiento normal de las alas lo interpreto como un fallo del avión y entonces entro en pánico.
Algunas personas optan por soluciones farmacológicas y viajar medicadas; y lo que consiguen es no poder volar sin ir drogadas con pastillas o alcohol. Esta errónea solución frecuentemente produce a la larga un problema mayor. Y por supuesto no sirve si tengo que llegar a destino despejado porque voy a una reunión y no quiero ir hecho un zombie.
También encontramos el caso de aquel que no se atreve a volar sino se hace acompañar por alguien. En este caso igualmente te estás transmitiendo un doble mensaje: Voy más tranquilo viajando acompañado; luego no soy capaz de viajar solo. El problema, a parte de que no siempre podemos volar acompañados, es que este intento de solución va agravando el problema cada vez más.
En resumen podemos encontrar hasta cuatro soluciones erróneas que contribuyen a conformar el problema y crear una fobia a volar:
- Evitar volar
- Intentar controlar
- Tomar pastillas o alcohol
- Pedir ayuda para volar
Cómo puedo solucionar el miedo a volar
En función del tiempo que llevemos con el problema y el nivel que ha alcanzado la fobia a volar es posible que la mejor, y quizá la única, solución sea la de acudir al psicólogo y hacer algunas sesiones de terapia para liberarnos definitivamente del problema.
Si el miedo a volar es muy reciente o puedes volar pero lo pasas muy mal puedes seguir este protocolo con el objetivo de superar el miedo a volar. Este protocolo es una adaptación del que utilizamos en Terapia Breve Estratégica.
1. Evita evitar
La siguiente ocasión que tengas para volar no la evites. Eso sí lo ideal sería comenzar con un vuelo corto de no más de dos horas, no con un vuelo transatlántico.
Cada vez que evitas volar, vale, te funciona porque no vas a pasarlo mal, pero piensa que luego te sentirás peor porque te estás diciendo que no eres capaz. Al final si lo meditas un poco te darás cuenta de que al evitar estás limitando tu libertad de hacer algo que deseas hacer.
2. Mejor solo
El miedo sólo se supera en primera persona. Nadie puede hacernos superar el miedo por nosotros. Para poder superar el miedo a volar es necesario hacerlo solo.
3. No controles
Cuando vueles deja de controlar el avión. Olvídate de las alas, los motores, si suena bien o mal, etc. El intento de control sólo empeorará las cosas. En vez de controlar sigue las pautas que explico en el punto 5.
4. Entrenamiento mental 15 días antes de volar
En cierta ocasión, mi madre trató de asustarme con un espantoso cuento de fantasmas en un cuarto oscuro. Fui inmediatamente allí, y luego le expresé mi desilusión al no encontrar el fantasma. Mi madre no me volvió a repetir ningún cuento de horror. Moraleja: Mira el miedo de frente y cesará de importunarte. (Paramahansa Yogananda, "Autobiografía de un Yogui")
La única manera de superar el miedo es evitar huir de él. Como dice el viejo aforismo romano: El miedo mirado a la cara se convierte en valor. Así que si quieres superar el miedo a volar el primer paso es entrenar a la mente para hacer frente al miedo que nos incapacita.
A continuación voy a explicarte una de las técnicas más eficaces para la superación del miedo: La técnica de la peor fantasía. Está técnica diseñada por Giorgio Nardone es una de las piezas clave de la Terapia Breve Estratégica, y su eficacia está evidenciada por múltiples estudios.
Al menos quince días antes del vuelo has de comenzar con este entrenamiento y hacerlo todos los días. No sirve hacerlo esporádicamente, es más sería contraproducente.
Técnica de la peor fantasía
- Busca un hueco en tu agenda de una media hora diaria preferiblemente a mitad del día.
- Busca un espacio donde puedas estar tranquilo y sin ninguna distracción.
- Programa una alarma con un despertador que suene a la media hora, si usas la del móvil recuerda ponerlo en modo avión.
- Una vez estés cómodo/a, baja las persianas, es preferible un entorno con poca luz, y comienza voluntaria y deliberadamente a imaginar tu peor pesadilla respecto a viajar en avión. Que el avión se estrella, que explota, que se quema el motor etc., es decir imagina tu peor fantasía, el peor de los escenarios posibles. Si quieres llorar llora, si quieres gritar grita.
- Una vez suene la alarma del despertador, lavate la cara y continua tu vida normal.
- Repite el ejercicio todos los días desde al menos 15 días antes del día del vuelo.
5. El día del vuelo
Vale, ¡genial! ha llegado el día del vuelo. Esto son los pasos a seguir:
Paso 1. Camino al aeropuerto:
De camino al aeropuerto tienes que ir imaginando todas tus peores fantasías, tal y como has estado entrenando todos estos días. Es decir voluntaria y deliberadamente vas a imaginar de camino al aeropuerto las peores y más terroríficas escenas.
Paso 2. En la sala de embarque:
Una vez que estás en la sala de embarque tienes que hacer dos cosas:
1. Un sencillo ritual:
- Entrelaza tus manos como en la imagen. Si eres diestro/a el dedo pulgar izquierdo debe estar sobre el derecho, igual que en la foto. Si eres zurdo/a es el derecho el que debe estar sobre el izquierdo.
- Mantén esta posición de tus manos durante la espera. Cada vez que comienzas a sentir que el miedo se incrementa aprieta el pulgar que está arriba sobre el otro hasta sentir una pequeña molestia y mantén hasta que el miedo se reduzca.
2. El observador:
- Mientras sigues con las manos entrelazadas, observa a todas las personas que como tú están esperando el vuelo.
- Intenta identificar el miedo en el comportamiento de algunos pasajeros. Puede ser que alguno camine nerviosamente, otro sujete con demasiada fuerza algún objeto, etc.
- Descubre cómo se manifiesta el miedo de diferentes formas y sigue manteniendo las manos entrelazadas.
Paso 3. En el avión
Bien, ya ha llegado el momento de la verdad y subes al avión. Una vez que estés acomodado/a en tu asiento vuelve a adoptar la postura de entrelazar las manos. A partir de ese momento, cada vez que sientas que el miedo se incrementa aprieta.
Evita controlar el avión, en vez de esto, sigue observando las reacciones de miedo de los otros pasajeros. Verás que estás reacciones de miedo de las personas se incrementan o disminuyen en diferentes momentos:
Momento 1: Cuando el avión va rodando por la pista a toda velocidad.
Momento 2: Cuando despega del suelo.
Momento 3: Cuando el piloto maniobra el avión para coger rumbo.
Momento 4: El avión se estabiliza y está ya en rumbo a destino. Las luces de cinturón se apagan.
Comprueba en los pasajeros como del momento 1 al 3 los gestos de miedo van incrementándose hasta llegar al máximo en las maniobras de posicionamiento para alcanzar el rumbo. Observa también como llegado el momento 4, y las luces de cinturón se apagan, todo el mundo se relaja: se empiezan a oír los broches de los cinturones, la gente se levanta y es como si se sintiera un suspiro de alivio general.
Durante todos estos momentos mantén las manos entrelazadas y observando como ya hemos comentado. Una vez el avión está estable, y si ya estás relajado, puedes soltar las manos. Si no, continúa con las manos entrelazadas y aprieta si el miedo aumenta. Si durante el trayecto hay turbulencias y sientes aumentar el miedo lo mismo.
6. Enhorabuena has superado el miedo a volar
Si has logrado hacerlo ¡Felicidades! Esta primera actuación es muy importante, porque es una experiencia emocional correctiva que cambia tu sistema de percepción - reacción ante la situación de viajar en un avión. A partir de ahora aprovecha cualquier oportunidad de volar para ir fortaleciendo la confianza en tus propios recursos.
Ten en cuenta de que no tratamos de quitar el miedo, sino que el objetivo es aprender a gestionarlo para que no nos domine, para que no se convierta en pánico. Recuerda que casi todo el mundo siente algo de miedo al viajar en un avión, es normal. Sentir miedo es sano, nos mantiene alerta y es un magnífico mecanismo de supervivencia siempre que sepamos gestionarlo.
Importante: Para resolver cualquier problema de salud es necesaria la ayuda de un profesional, esta información se publica a título meramente divulgativo, ya que pueden ayudar a algunas personas en algunas situaciones a encontrarse mejor, pero en ningún caso ni pretenden ni sustituyen a ningún tratamiento de salud ni a la consulta de un profesional. Asimismo, si su realización no te sienta bien por cualquier motivo no se deben volver a realizar.
Cuando el miedo a volar se ha convertido en un trastorno fóbico persistente
Cuando el Miedo a volar se ha convertido en una fobia conformada y persistente lo indicado es acudir a tratamiento psicológico. Normalmente en unas pocas sesiones se puede resolver esta fobia. Las terapias que mejor funcionan en mi opinión son:
La terapia Cognitivo Conductual
La Terapia Breve Estratégica
¿Quieres saber más sobre el tratamiento para la fobia a volar?
Quizá ha llegado el momento de dar el paso y ponerte manos a la obra para solucionar tu miedo a volar. Como dice el viejo aforismo Zen: "¿Sino ahora cuándo?."